Si estás aquí es porque has oído campanadas acerca de la existencia de un descubrimiento, relativamente reciente, que afecta a nuestra salud y bienestar de una forma importantísima. Es un complejo sistema de neurotransmisión, de comunicación entre células y se llama sistema endocannabinoide (SEC). (No te extrañes por su nombre, tiene una sencilla explicación, pero te adelantamos que todos y cada uno de nosotros estamos hechos para responder al cannabis, nacemos con una forma de cannabis en nuestro cuerpo. ¡Guau!)

En este post, vamos a intentar que esas campanadas se conviertan en algo más riguroso. ¡Comenzamos!

Aunque todavía se está investigando para poder desentrañar al completo su funcionamiento y la forma en la que nos afecta, a día de hoy, sí que sabemos que influye en múltiples procesos fisiológicos, controlando gran cantidad de funciones de sistema nervioso, reproductor, inmunológico y circulatorio, además de modular la energía, el placer y el bienestar, como también de favorecer la recuperación de nuestra salud ante enfermedades o lesiones, o regular el transporte, metabolismo y almacenamiento de nutrientes. Increíble, ¿verdad?

Si quieres que te contemos más, ¡sigue leyendo!

¿Cómo funciona el sistema endocannabinoide?

Todos los animales disponemos de un sistema nervioso formado por un enorme número de células neuronales que transportan señales eléctricas que, cuando se encuentran, pasan a un receptor en la siguiente célula a través de un mensajero químico: el neurotransmisor. El cerebro cuenta con diferentes tipos de neurotransmisores, como, por ejemplo, la serotonina y la dopamina. Esta es una estructura básica que hace millones de años desarrollaron los primeros invertebrados y moluscos.

De repente, el sistema nervioso, adquirió un nuevo químico que se relaciona estructuralmente con la misma forma en que se encuentra el cannabis. Este fue el motivo por el que a estas nuevas señales se les denominó cannabinoides.

El sistema endocannabinoide, actúa directamente en nuestro cuerpo y se relaciona con otros sistemas a través de una red de receptores cannabinoides repartidos por, prácticamente, todo nuestro cuerpo, desde el sistema nervioso central, al periférico. Es el sistema receptor más grande del cuerpo humano. Según los conocimientos a día de hoy, consta de diferentes componentes:

Receptores cannabinoides

Son proteínas de membrana celular y principalmente son el CB1 y el CB2, aunque hay otros ligados a este sistema, como los receptores metabotrópicos GPR18, GPR19, GPR55 y TRPV.

Moléculas de señalización (endocannabinoides)

AEA y 2-AG. Son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga. Estos son transmisores que este sistema produce cuando son necesarias, no se almacenan, apareciendo y desapareciendo rápidamente una vez que han actuado. Estos endocannabinoides, se adhieren a los receptores CB1 y CB2 activándolos, independientemente de en qué parte del cuerpo se encuentren.

Enzimas

MAGL, Fosfolipasa D selectiva para la NAPE, DAGL-β y DAGL-α. Estas dos últimas son necesarias para la síntesis del 2-AG. La Fosfolipasa D selectiva para la NAPE, es necesaria para la síntesis del AEA. La enzima MAGL, es necesaria para la descomposición del 2-AG.

¿Quién descubrió el sistema endocannabinoide?

Lo primero que se descubrió no fue el SEC en sí mismo, sino que fueron los fitocannabinoides los primeros en aparecer y en ser aislados. Primero el CBN a finales del S.XIX, pasando a ser descubierto el CBD, para terminar por conocer la existencia del THC, gracias a los químicos Rafael Mechoulam y Gaoni de la Universidad de Jerusalén en el año 1964. Estos descubrimientos fueron claves a la hora de preparar el terreno para dar con la existencia de este sistema tan importante para la vida, aunque este proceso de descubrimiento llegaría paso a paso, tras ir hallando sus componentes a lo largo de los años.

Fue Allyn Howlett, en 1988, la que oficialmente inició el descubrimiento del SEC en sí, o por lo menos la punta del iceberg, a raíz de identificar en el cerebro los receptores de cannabinoides CB1, con alta presencia en el sistema nervioso central.

Unos años más tarde, en 1992, Lumir Ondrej Hanus y William Anthony Devane descubrieron el endocannabinoide andanamina ,en el laboratorio isaraelí de Raphael Mechoulam, en la Universidad de Jerusalén.

En 1993, otra vez es Raphael Mechoulam quien totalmente centrado en la investigación, descubre el receptor cannabinoide CB-2, que tiene más presencia en el cuerpo periférico.

Poco después, entre 1994 y 1995, de nuevo Raphael Mechoulam, esta vez junto con su alumno Simon Ben-Shabat, descubrieron otro endocannabinoide, el 2-AG.

En los siguientes casi 20 años, distintos componentes de este sistema son descubiertos, hasta que en año 2013, en una publicación de la Revista Nature, se hace oficial la existencia de este increíble sistema, abriendo la puerta a una nueva y revolucionaria comprensión del funcionamiento de nuestro organismo.

¿A qué factores de nuestro cuerpo afecta el SEC?

A día de hoy, sí que sabemos que influye en múltiples procesos fisiológicos, controlando gran cantidad de funciones de sistema nervioso, reproductor, inmunológico y circulatorio, además de modular la energía, el placer y el bienestar, como también de favorecer la recuperación de nuestra salud ante enfermedades o lesiones, o regular el transporte, metabolismo y almacenamiento de nutrientes. Increíble, ¿verdad?

Aunque también hay que añadir que es un sistema que trabaja fuera de sus límites, interactuando con otros sistemas no cannabinoides, regulando el bienestar y las enfermedades, el sistema de endorfinas, el vaniloide y el inmunitario. Debido a esta interactuación, el sistema endocannabinoide humano, regula el dolor, la inflamación, la formación de nuevas células nerviosas, el procesamiento del azúcar y grasas, estado de ánimo, el equilibrio neuronal la salud cerebral y la energía.

Esta interacción con otros sistemas corporales y cerebrales no cannabinoides, da lugar a la interacción de los endocannabinoides con las hormonas, las endorfinas, los factores de crecimiento, las citoquinas, moléculas de placer, el sistema del tejido conectivo, la inflamación de los nervios, el metabolismo óseo, las células inmunes, las células gliales, la muerte celular programada y la regeneración celular

En Mayo del 2013, los investigadores G. Kunos y P. Pacher, declararon en un artículo de revisión para Federation of European Biochemical Society Journal lo siguiente:

“La modulación de la actividad del sistema endocannabinoide, puede tener un potencial terapéutico en casi todas las enfermedades que afectan a los humanos, incluídas la obesidad y el síndrome metabólico, la diabetes y las complicaciones diabéticas, las enfermedades neurodegenerativas, inflamatorias, cardiovasculares, hepáticas, gastrointestinales y cutáneas; el dolor, los trastornos psiquiátricos, la caquexia, el cáncer, las náuseas y vómitos producidos por la quimioterapia, entre muchos otros problemas de salud”

Y es que, para que lo entienda todo el mundo, podemos decir que el sistema endocannabinoide ejerce de árbitro entre dos procesos básicos del organismo: el catabolismo (la descomposición del cuerpo) y al anabolismo (la construcción del cuerpo), entrando en acción cada vez que alguno de estos procesos se hace predominante y reequilibrando los sistemas más importantes de nuestro cuerpo (homeostasis), a la vez que también actúa ante enfermedades y lesiones.

¿Dónde se encuentra el sistema endocannabinoide?

Podría decirse que este sistema se reparte y tiene presencia a lo largo y ancho de nuestro cuerpo. Excepto en el bulbo raquídeo, el SEC se encuentra en el sistema nervioso central, el periférico, en los órganos, tejidos, células inmunes, glándulas. Está presente en nuestro cuerpo y, dependiendo de la zona, tiene unas funciones u otras, siempre en la línea de reestablecer el equilibrio de nuestros procesos internos.

¿Cómo interactúa el CBD con el SEC?

Aunque pudiera parecer que por el hecho de que el CBD sea un cannabinoide, este pudiera adherirse a los receptores CB1 Y CB2, de la misma manera que hacen los endocannabinoides que nuestro cuerpo genera, esto no es así. La relación entre el CBD y el SEC es más indirecta, que no por eso menor, ya que, por decirlo de una forma que se entienda, el cannabidiol “prepara el terreno” y consigue que el SEC y otros compuestos se unan, poniendo en marcha y fortaleciendo a este sistema. Es un “facilitador” en toda regla.

Te preguntarás el motivo por el cual habría que tomar CBD para ayudar al SEC si el cuerpo, por sí mismo, ya produce cannabinoides. La respuesta es sencilla. Debido a las condiciones de vida actuales, en las que la contaminación atmosférica, del agua, nuestra exposición a ingentes cantidades de químicos presentes en la comida, en los medicamentos, el estrés, etc, nuestro sistema endocannabinoide está desbordado, no llega a todo. Afortunadamente tenemos una forma natural de estimularlo a través de los fitocannabinoides, como es el CBD.

¿Qué tipos de receptores existen?

Como comentábamos antes, aunque existen receptores ligados al SEC de alguna forma, como los GPR18, GPR19, GPR55 y TRPV, los principales receptores cannabinoides son los CB, en concreto los CB1 y CB2. Ambos receptores están presentes y actúan en casi todo nuestro organismo, pero los dos tienen sus parcelas preferentes de actuación. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el cerebro, mientras que los CB2 se imponen en número en el cuerpo periférico, aunque en todas estas regiones están presentes los dos.

Función de los receptores CB1 y CB2

Como decíamos antes, los receptores CB1 cuentan con mayor presencia en el cerebro, mientras que los receptores CB2 abundan más en el cuerpo periférico (órganos, tejidos y el sistema inmunitario). Ambos receptores son activados por las moléculas de señalización (endocannabinoides) AEA y 2-AG de la misma forma.

Cuando en el cerebro se activan los receptores CB1, el resultado es un alivio del dolor, sensación de placer y bienestar, estabilización del estado de ánimo, mitigación de la ansiedad…En cambio, cuando se activan los receptores CB2 en esta misma área, se consigue un efecto antiinflamatorio local, lo cual es importantísimo, ya que la inflamación cursa en enfermedades tales como el Alzheimer, la esclerosis múltiple, párkinson, depresión, TEP, cáncer y trastornos autoinmunes.

Los receptores CB2, abundantes en el cuerpo periférico, en especial en todos los tipos de tejidos, detienen la inflamación, alertan al organismo de la presencia de células cancerosas desvelando el camuflaje de estas. Otra de las funciones que desempeñan los receptores CB2, es la activación de la formación ósea, algo clave en la osteoporosis.

El sistema endocannabinoide, del cual son claves los receptores CB1 como los CB2 controlan casi todas las funciones gastrointestinales, tanto en la salud como en la enfermedad.

Estos son sólo ejemplos de cómo actúan estos receptores en nuestro cuerpo. En resumen, podríamos decir que estos receptores, como el SEC al completo, regulan un equilibrio fundamental para que nuestro organismo funcione de forma óptima.

¿Todos los animales tienen sistema endocannabinoide?

La respuesta es contundente: Sí. Todos los animales, vertebrados e invertebrados, poseen un sistema endocannabinoide, salvo algunas excepciones, como los gusanos nemátodos, las anémonas y las esponjas marinas, dado que, hace millones de años, su proceso evolutivo siguió un camino diferente del resto del mundo animal.

La existencia del SEC en el reino animal, abre las puertas a la idea de poder tratar las dolencias de nuestras mascotas con CBD, igual que con nosotros y por las mismas razones de salud.

¿Cómo puedo estimular el sistema endocannabinoide?

Al SEC lo estimulan los endocannabinoides que nuestro propio cuerpo crea, así que, si queremos echarle una mano y estimularlo, la opción es hacerlo con fitocannabinoides, o sea, cannabinoides procedentes de la planta del cannabis, como es el CBD.

Puedes elegir entre diferentes vías de administración y formato. Si buscas una forma de consumo más sana y controlable, la mejor sin duda es hacerlo mediante nuestros aceites de CBD Full Spectrum. Podrás dosificar la cantidad exacta contando las gotas. Puedes obtener más información sobre cuál es la dosis que necesitas pinchando en este enlace.

Si prefieres fumarlo, puedes probar nuestros cogollos o hachís de CBD. Puedes ser que prefieras vapearlo con un dispositivo electrónico o vaper, en ese caso, puedes probar nuestros e-liquids con CBD.

Si tienes dolores localizados, o buscas un cosmético para mimar tu piel, puedes optar por nuestros bálsamos y cremas de CBD.

Consejos para fortalecer el sistema endocannabinoide

Por último, te vamos a dar unos consejos de formas naturales que puedes usar para darle un plus a tu consumo de CBD en tu misión de fortalecer tu sistema endocannabinoide. Son estos:

• Siempre es una buena idea realizar alguna actividad física deportiva, así ayudarás a tu SEC y a parte te pondrás como un figurín.
• Otro hábito saludable es tomar el sol. La vitamina D es necesaria para un estado de bienestar.
• Come grasas de calidad y olvídate de los malos hábitos alimentarios.
• Curiosamente, exponerse al frío también es un buen hábito. No confundirse con helarse de frío llevando poca ropa, a ver si vamos a pillar un resfriado.
• Evita el estrés, siempre y cuando sea posible. El yoga, la meditación y el relativizar las cosas pueden ser buenos aliados en este sentido.
• Puedes consumir bebidas ricas en electrolitos, como agua de coco, leche, agua de sandía, batidos, bebidas deportivas…
• Consume vitamina A.
• Puedes ingerir, con moderación, chocolate negro, mínimo con un 70% de pureza. Si te gusta el té verde, estás de enhorabuena, este también ayudará a tu SEC.

Como última recomendación, evita los inhibidores del SEC, como son los pesticidas o los micro plásticos que desprenden las botellas de plástico, así que, en la medida de lo posible, es recomendable consumir productos ecológicos y usar envases de vidrio para las bebidas.

Esperamos haberte ayudado a entender en qué consiste este maravilloso sistema, crucial para la vida. Cualquier duda que tengas, no dudes en ponerte en contacto con nosotr@s aquí, intentaremos responderte lo antes posible.

¡Cuídate mucho!